miércoles, 22 de agosto de 2012

Coloréalo.

Una noticia difundida hoy en varios medios nacionales. Fuente: Cadena Ser.
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Una vecina octogenaria intervino "sin pedir permiso a nadie" la obra de un pintor del siglo XIX que adornaba una iglesia en la localidad zaragozana de Borja.

El Ayuntamiento de Borja, en Zaragoza, intentará recuperar el Ecce Homo pintado por el artista Elías García Martínez en uno de los muros de la iglesia del Santuario de Misericordia, que ha quedado "totalmente destrozado" después de la intervención de una particular no profesional.

La obra de arte fue 'restaurada' de forma inesperada por una anciana "muy bien intencionada, por su cuenta y riesgo", según el centro cultural, que ha declarado que "desconocemos las circunstancias en las que se ha producido, cuya investigación corresponderá a las autoridades competentes".
El concejal de Cultura, Juan María Ojeda, ha explicado en la Cadena SER que ya se han puesto en contacto con un equipo de restauradores profesionales y se trasladará a la localidad la próxima semana para estudiar el estado en el que ha quedado la obra y las posibles soluciones.
Ha indicado que la persona que ha llevado a cabo la 'restauración' es una mujer muy mayor, "con una vida difícil", con un hijo discapacitado de 60 años a su cargo y que con la mejor intención entró en la iglesia y decidió "por su cuenta y riesgo" reparar la obra.
"La semana que viene sabremos si es reversible", ha explicado Ojeda. "Ella misma les comunicará a los restauradores los materiales y técnicas que usó". El concejal ha señalado que fue la propia mujer la que avisó de lo que estaba haciendo al encargado de guardar el recinto cuando reconoció que no se podía hacer y que le había superado la situación
"Es un barrio de veraneantes y de devoción, es una hospedería del siglo XVI que mantiene su uso original por lo que a la Iglesia se entra y se sale sin problemas", ha señalado Ojeda que ha explicado que están "barajando emprender acciones legales pero de momento no es una decisión tomada y preferimos reservarnos este tipo de informaciones".
El concejal de Cultura se ha mostrado triste por el alcance de la noticia. "Hay gente que se ríe y hay gente muy ofendida, para mí es triste que seamos noticia nacional por algo que es la excepción a la norma".

Esperemos que la obra pueda ser recuperable y que no emprendan acciones legales contra la pobre abuela, que bastantes problemas tendrá ya.
Pero el lado humorístico de dejar un Cristo hecho un cristo también tiene su cabida, y es inevitable rememorar una famosa escena de Mr. Bean:


martes, 21 de agosto de 2012

Gran Hermano Google.

Hace algún tiempo que venía observando una visita misteriosa a través de Feedjit, ese juguete tan molón y tan bloguero que sirve para formarte una idea de cómo termina llegando la gente a tu web y que aquí tiene incluso una sección propia.
El turista internáutico en cuestión es de Mountain View, Califonia, y viene a mi blog todos los días, varias veces. Además, acostumbra a leer post viejos y sobre cualquier temática. Lo habría tenido en un pedestal y como fan de Jinete número uno, sino fuera porque hoy, practicando yo la misma fórmula que tan extraños resultados suele dar, y guiado por una corazonada, escribo en el buscador "Mountain View Google", y los resultados no se hacen esperar.
En esta localidad se encuentra la sede de Google, que según puede extraerse de Wikipedia, es un "complejo" sin complejos: "Las instalaciones incluyen un gimnasio (Edificio 40), habitaciones de lavandería gratuita (edificios 40 y 42), dos pequeñas piscinas, una cancha de voleibol de arena, y más de una docena de cafeterías de diversa selección. Google ha instalado incluso réplicas de SpaceShipOne y un esqueleto de dinosaurio. El vestíbulo contiene un piano y una proyección en directo de las actuales búsquedas de Google".
Producto de la misma búsqueda, he podido constatar que existen blogueros ilusionados ante la asiduidad de la visita misteriosa; alguno hasta conjetura con que debe tratarse de un trabajador español de una importante empresa de allí, o quizás una estudiante hispana que ha quedado fascinada por su blog...
Otros blogueros, con los pies más cercanos al suelo, me han resuelto el enigma: las visitas son de los robots de Google -que dicho así, acojona-, que rastrean contenidos y los añaden a su índice. Por decirlo de una manera más técnica, como indican en Googlebot:

Utilizamos una enorme cantidad de equipos informáticos para obtener (o "rastrear") miles de millones de páginas de la Web. Googlebot utiliza un proceso de rastreo algorítmico: a través de programas informáticos se determinan los sitios que hay que rastrear, la frecuencia y el número de páginas que hay que buscar en cada sitio.
El proceso de rastreo de Googlebot comienza con una lista de URL de páginas web generada a partir de procesos de rastreo anteriores y se amplía con los datos de los sitemaps que ofrecen los webmasters. A medida que Googlebot visita cada uno de esos sitios web, detecta enlaces (SRC y HREF) en sus páginas y los añade a la lista de páginas que debe rastrear. Los sitios nuevos, los cambios en los existentes y los enlaces obsoletos se detectan y se utilizan para actualizar el índice de Google.

Comprendido eso, y viendo la cantidad de visitas que tengo últimamente desde Mountain View, no me extraña que luego el blog salga entre los primeros resultados con los nombres de restaurantes a los que hemos ido, o que a veces, al buscar "Jinete" en Google y darle a la opción "Voy a tener suerte", aparezca inexplicablemente este espacio. Eso les pasa por dejar según que trabajos en manos de máquinas, que uno se siente después como si un microchip o un procesador se hubiera encaprichado de él.
Como decía alguno en los comentarios que he podido leer por ahí; yo no sé si me estará vigilando un robot o una farola, pero está claro que nos controlan. Y es que, queridos, el gigante Google usará esos servicios para ponerse bonito y actualizado, pero quién sabe si de fondo no subyace la inspección y registro del Gobierno donde se encuentra la empresa.
Puestos a pensar en trabajadores o estudiantes hispanas, ahora que sé más sobre el caso, dejo ahí mi conjetura, la del Gran Hermano que todo controla.
Visitante de Mountain View: Desde hoy te llamaré Pepe R2D2.

domingo, 19 de agosto de 2012

Bandalucía: Cuatro en el Sur. Acto III.

Vacaciones en el bar -Tercera parte de la trilogía "Cuatro en el Sur visitando tres lugares y perdiendo el norte por segundos".

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¿Pero tú tienes algún problema con el agua? Me preguntó Llama Eterna la última vez que pisamos la arena. Fueron cortas las estancias en la Playa de La Malagueta, pero en las tres ocasiones que se dieron, preferí esperarles a él y a Pájaro Guía al frescor del chiringuito. Creo que ya había cubierto mi cupo playero anual la semana de vacaciones que estuve en Almería, hará cosa de un par de meses.
Me agobia el mar, el pasar más de media hora tendido en la arena como cefalópodo arrastrado por la marea me aturde, me deja K.O. para el resto del día.
Habrá quien pensará, no exento de motivo: "pero las tapas y las cervecitas no te cansarán, no. Cabrón". ¿Qué culpa tengo yo de que Mañitú en la creación de sus senderos de destino me eligiera para ser una criatura de barra? -Imaginen esa frase en una reunión de alcohólicos anónimos, debe causar la misma sensación entre los allí presentes que la que a mí me genera cuando alguien me dice que coja la toalla y que vayamos a echar un bañito. La playa para mí es como una comisaría en una gran ciudad; que prefiero estar siempre en sus alrededores. Aunque aquí la comparación sea demasiado radical entre escoger pasar el rato al sol o a la sombra.
Ahora que lo pienso, Brazos en Alto aún la visitó menos que yo... ¿Qué culpa tendrá de que Mañitu en la creación de sus senderos de destino le eligiese para ser una criatura de museos? Porque la última oportunidad playera que tuvo él se fue a visitar el Museo Picasso.
No le podemos negar encanto a esos parajes, aunque una imagen tan idílica sólo puede lograrse bien situado desde un chiringuito, por supuesto:

Y es que el segundo día en Málaga amaneció así, inocentemente, con una horita escasa de playa (o alrededores, en su defecto), como tratando de despistar a la providencia de lo accidentada que llegaría a ser esa jornada.
Mediodía, puesta en marcha de Bandalucía junto al Perfecto Anfitrión. Breve recorrido por lugares de interés turístico de la ciudad; frente al teatro romano hasta nos detuvimos 5 minutos y sacamos alguna foto. Preparación verbenera y puesta a punto en el que debe ser el sitio más glamuroso de Málaga, El Pimpi. Un garito de paso obligado para famosos, donde han estampado sus dedicatorias a lo largo y ancho de él, sea en foto o en toneles de vino. Pese a que nos hubiese gustado, ningún camarero se nos acercó con rotulador en mano dispuesto a que por allí dejásemos la impronta buitaka.
Un hervidero de turistas impetuosos y camareros con bandejas volantes:
Perfecto Anfitrión nos llevó después a otro antro donde degustamos un exquisito vino blanco acompañado de lo que se considera un refinado y selecto plato: las ortiguillas. A excepción de Brazos en Alto, no tuvo buena aceptación para el resto de los bandaluces. Aquellas anémonas marinas de delicada textura y sabor delicioso, para otros eran unas jodidas algas que sabían a agua de mar rebozada y que al tacto parecían esponjas desgastadas. Y no precisamente marinas. Sobre gustos hay demasiadas cosas escritas, diremos para seguir llevando la contra.
Y por miedo a no perder el ritmo, seguimos de tapeo. Un tal Mariano. Cocina malagueña tuvo la culpa:

La segunda imagen considero que es la más acertada para hacerse a la idea del carácter y personalidad de Perfecto Anfitrión: Éste vino es la hostia...Teneís que probar cierto pescaíto que... Un tió majo, majo, para tenerlo cerca en sitios donde hay gran oferta gastronómica y una buena fiesta.
Creo que fueron un par de horas allí. Serían las 3 de la tarde y el ambiente en la calle era cojonudo. Música sonando en todas las esquinas y un bullicio permanente.
Siguiente atentado contra la resistencia etílica de un ser humano, la fiesta que tenía lugar en un instituto. Perfecto Anfitrión quedó allí con más amistades suyas y todo fueron rebujitos y cervezas, pero como si no fuera a existir un mañana:

En el discurrir de aquella fiesta, Jinete ya estaba de lo más achispado -Hablo en tercera persona porque me costaría bastante, aún a día de hoy, entender que tenía pleno dominio sobre mi propio cuerpo o sobre lo que estaba pasando. De hecho, recuerdo el pensamiento al salir de allí; "Un poco mayor esta gente para hacer una fiesta de fin de curso, ¿no?. Ah, joder, que será alguna otra historia. Pero mola..."
No tengo noción del aspecto de las calles en ese momento, pero debieron ser algo así en tierras de mujeres bonitas y de jolgorio por todas partes:
Mi siguiente recuerdo, después de sorprenderme a mi mismo por esa habilidad nueva adquirida al teletransportarme, fue un garito de pachanga infestado de seres que saltaban a ritmo de canciones ya olvidadas de los 80. Creo que permanecí allí el mismo tiempo que el que disfruté mirando el teatro romano. Quizás menos.
Salí a echar un cigarro y ya no entré.
Había una terraza estupenda en una plaza con vistas a la Catedral donde Jinete estaría las siguientes casi 2 horas. Tuve contacto telefónico en todo momento con Bandalucía y después pasaron a recogerme.
Sobre las 19.00 nos reunimos todos para ir a un hotel. Hoy sé que la intención era ir a ver un grupo de flamenco que, con algo de suerte, todavía estaría actuando allí. En el momento, Jinete sólo pudo pensar; ¿A qué hostias un hotel ahora? ¿A buscar a alguien? ¿Será un after hours para institutos?
Nos metímos en un ascensor y accedimos a una sala totalmente vacía para bajar de nuevo, esa vez por las escaleras. Yo lo encontré hasta divertido.
Volvímos donde estaba todo el meollo de garitos y seguímos haciendo tiempo -y deshaciendo voluntades- para la hora de la cena.
Aunque el servicio meteorológico me lo niegue, Málaga estaba muy nublada, pero de la hostia. Con algún intervalo de nitídez que tendió a disminuir según pasaban las horas...
Estuve a punto de quedarme en la hospitalaria noche malagueña y no ir a la cena, pero traicioné a mis principios; si piensas entre una opción y otra, quédate con la primera que creas más acertada. El segundo plan siempre saldrá mal porque lo compararás con la que era tu primera opción. Eso lo digo ahora, claro, porque en esencia Jinete pensó entonces; ¿seguimos juerga o cena formal?
Y Bandalucía se fue al completo a cenar, a lomos de medicamentos veterinarios (útiles de trabajo de Perfecto Anfitrión) que atestaban los asientos de un viejo jeep. Quizá si me hubiese pinchado por accidente con alguna jeringa de vacuna para caballos, a esas alturas me habría espabilado un poco, pienso ahora. Porque la cosa fue a peor. La teoría de Jinete sobre las 2 opciones adquiriría sentido.
La cena puede tener muchas versiones. Una es como creí vivirla yo; otra es cómo te la cuenten; la importante supongo que sería cómo realmente fue o qué hostias pensarían los demás -esos grandes desconocidos con los que has de compartir cena una noche cuando tú no estás pasando por grandes momentos de lucidez-. 12 Invitados a la mesa, entre ellos una juez y dos policías nacionales. Hoy sólo puedo asegurar que no hice nada ilegal en aquella velada, ya que el jeep nos llevó de regreso cuando finalizó y en ningún momento tuve la sensación de llevar esposas.
Una casa de lujo a las afueras, enorme. A mí creo que aún se me hacía más grande:
En mi costumbre de comparar escenas de la vida cotidiana con películas, allí yo era el Peter Sellers de "El guateque", el tipo al que invitaban por error a una cena y que adquiría cierto protagonismo. Es una suerte que no tuviera ganas de acudir al baño en toda la cena, porque puedo imaginarme situaciones como las que le sucedían a aquel actor tras embozar el water y pelearse con el papel higiénico. Tampoco termino nuestro largometraje con hippies entrando a la casa con un elefante a colores, pero no hubiera desentonado mucho la cosa...
Brazos en Alto hizo el arroz (ayer me dijo que también había pollo) con mimo. Mientras, Llama Eterna se negaba a que yo ayudase con el mobiliario necesario para cenar en el jardín. Cuando se daba la vuelta cogía alguna mesa o silla para sentirme útil, y que yo sepa no tropecé. Aunque seguro que las convertía en mecedoras durante su traslado.
A Brazos le pusieron una guitarra y ofreció un show del que no recuerdo su contenido. Supongo que le aplaudirían también...
Pájaro Guía y Jinete tuvieron durante el postre una extraña discusión sobre los carolingios, las hazañas de Roldán y los métodos de repoblación cristiana durante la Reconquista. Algo así como; Que nooo. Que en muchos lugares ¿Qué identidad ni que hostias? Cuando conquistaban una ciudad traían gentes del Norte para que no se rebelaran. Cojooones...
Sea por el escaso interés entre los presentes sobre temas históricos, sea por el estado latente de embriaguez de los que discutían, la cena en aquel punto tuvo unos inquietantes silencios. Seguramente era incluso complicado que alguien pudiera cambiar de conversación, si no lo hacía gritando...
En la foto aparece Brazos en Alto con más claridad de la que tenía Jinete:
Regreso en jeep (tampoco se escuchaban sonidos de sirenas de fondo) y a dormirla...
¡Al día siguiente nos llevaba Perfecto Anfitrión en barco!
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Breve visita a la playa-chiringuito para asimilar la mañana y de nuevo en ruta, con el mismo medio de locomoción, pero ahora más holgado; ya no podría pincharme con una jeringa de esas, pero ahora tenía yo una resaca de caballo.
Parada técnica en supermercado para aprovisionarnos a conciencia y Bandalucía que se embarcaba, en un día de mar revuelto donde nadie más que Perfecto Anfitrión se atrevió a desafiar las aguas. Entre los atunes debió de ser lo más comentado:


Unas pocas sacudidas de agua sirvieron para despejarnos al mojarnos por completo, perder una boya del barco (a día de hoy aún es un misterio) y que Brazos en Alto se cargara el asiento que ocupaba ante el ímpetú del mar. En la foto parece asesorar a Perfecto Anfitrión sobre la conveniencia de las arandelas de 8 para arreglar ese desaguisado:
A la hora de comer nuestro guía nos llevó a un chiringuito que conocía bien para deleitarnos con sardinas, jureles, calabacín rebozado... Tinto de verano y sangría.
Por la tarde, menos el visitante de museos, Bandalucía volvió a El Pimpi por ver si todo seguía en el mismo sitio:
Vuelta a Zaragoza al día siguiente con buenas sensaciones (salvo el momento "cena", por supuesto).
Dejando atrás una gran tierra y que siempre es una suerte visitar.
Hasta pronto, Andalucía. A tus ganas de fiesta, tu colorido y el encanto de tus gentes.

jueves, 16 de agosto de 2012

Bandalucía: Cuatro en el Sur. Acto II.

El hambre en la Alhambra -Primera parte de la segunda parte de la trilogía "Cuatro en el Sur visitando tres lugares y perdiendo el norte por segundos".

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Todavía hay algo peor que llegar a las 9 de la mañana a un hotel y tener que abandonarlo antes de las 11: despertarte tras dormir esas 2 horas sintiendo los pulmones congelados y tu estómago como si tratara de digerir una buena ración de chinchetas. Termostatos de aire acondicionado que se ocultan en las habitaciones y desayunar ensaladilla rusa en cantidades industriales son una muy mala combinación. Lo primero habría tenido una solución sencilla; llamar a recepción y pedirles que lo apagaran, porque no había Dios que encontrara el dichoso mando. Aunque una opción válida era abrir la ventana y echarse a dormir sin perder más tiempo, pero esos putos aires hacían demasiado bien su trabajo... A las 11 de la mañana parece ser que alguien colocó los termostatos junto al interruptor de la mesilla, y entonces ya fueron completamente visibles. El problema ensaladilla lo subsanamos con una dosis de Almax, ese medicamento con nombre de jefe galo que tan buenos resultados da siempre.

La resaca y el sueño eran las dos nuevas contrariedades. 

Como zombies recorriendo una avenida llena de restaurantes vegetarianos, Bandalucía al completo a por el coche de alquiler que teníamos reservado. Próximo destino Granada. Por carreteras que resultaron ser auténticas lenguas de fuego:

La entrada a Granada no sé si estaba en obras o la habían atacado con morteros; todo eran zanjas y agujeros. Pájaro Guía indicaba con el GPS del móvil y Llama Eterna al volante se desquiciaba por momentos: Habla más alto...Instrucciones concisas, tío, que no me entero...¿queeé?
Perspectiva de vallas y vallas, vayas donde vayas. Tras pasar tres o cuatro veces por todas las calles que no se encontraban cerradas, al fin dimos con el objetivo y pudímos dar con la pensión.
Una pensión curiosa, cuando menos. Imaginen a cuatro buitakos con pocas horas de sueño, cuyo único interés es que les proporcionen las llaves de las habitaciones, dejar sus trastos y quizás, salir a tapear algo. Y lo que tienes es a una señorita que va muy justita con el ordenador, haciendo preguntas constantemente a sus compañeros para poder formalizar la reserva, y a otro guiri (allí todos lo eran) que, viendo que la gestión va a tardar más de lo comúnmente aceptado, se decide a enseñarte sobre un plano "cosas que ver en Granada", para finalizar con una fantástica erudición sobre la historia de tan enorme legado:
-Al-Ándalus, chicos...¿Sabeís? Tuvo mucho poder. Estuvo en casi toda España...Bueno, ¿vosotros eraís "zaragoneses" verdad? No, hasta allí ya no subió, pero mucho, mucho... Lo cierto es que no conozco mucho de Zaragoza; alguien me dijo que era la capital rapera... Había allí un castillo muy chulo, creo recordar...
Me dicen a mí que imparta una conferencia sobre "nuevos avances en la neurocirugía" y no sé si sale algo más disparatado.
Unos cuarenta minutos después, la señorita encontró la tecla y por fín dejamos nuestros equipajes a buen recaudo.
Brazos en Alto quería montar en taxi y olvidarse de pasear por tan bellas calles. Faltó poco. El tiempo que le dió al taxista de divisar a lo lejos a Azucena, que resultó ser la chica que le había llamado unos minutos antes. Situación surrealista la de bajarnos los cuatro del vehículo mientras el taxista se disculpaba. Yo dije que me lo iba a poner como estado de Facebook y todo: Azucena nos ha chuleado el taxi.
Mejor. Ahora ya no servían excusas para recorrer aquellas calles entre tapeo y tapeo.
Nos atrevímos a subir la Cuesta de Gomérez, que es una calle que particularmente me quedé con ganas de recorrer la vez anterior que estuve en esas tierras y que va directa a la Alhambra. Ahí quemamos bastante la resaca.
Instantánea de parte de Bandalucía posando para la Metal Hammer:
Instantánea del miembro faltante en la anterior y otros dos buscando algo en el suelo:
Alhambra, que bonita eres:


Me encanta la foto última: cuando el atardecer casi se bate en chaflán con la Alhambra...
Tapeo y más tapeo. El mejor plan si no cuentas con entrada para verla al completo.
Hay pocas ciudades que transmitan tanto embrujo en sus calles; lo que se debe estar perdiendo Azucena, que diría aquel...
Una característica importante de la ciudad es el espíritu afable de sus habitantes; recuerdo nada más llegar contar a mis camaradas buitakos la disposición voluntaria que recordaba de esta gente: te ven con un plano en la mano, y sin que tú preguntes a nadie, se acercan y se ofrecen para indicarte lo que haga falta. Puesto el ejemplo, no tardó en dirigirse a nosotros una dama en la calle, que nos vió señalando hacia una dirección, todo resacosos, y preguntó en un perfecto andaluz:
-¿Tan bucando paseo de los triste?
Saber que se trataba de un punto de interés de la ciudad nos costó bastante. Con la resaca que llevábamos encima, bien pudiéramos haberle contestado un "nosotros paseáremos como tristes, pero tú eres una hija de puta". Pero al repetir la pregunta por segunda vez y poder procesarla, entendimos que nos quería llevar al tal Paseo de los tristes, uno de los sitios emblemáticos de la ciudad.
-No se lo pierdan. E muy bonito. Se lo recomiendo y le gustará,ustede que son de fuera.
Será que tienen bien presente que viven del turismo, mezclado con el encanto genuino que tienen la gente del Sur. Pero hay que joderse que majos son.
Reuniendo todas las fotos de las tapitas que nos sacaron, llegamos a la conclusión de que hicímos más de doce paradas técnicas de acopio y recuperación... Es una verdadera pasada la oferta gastronómica granadina. No imaginaría allí una reunión buitaka todos los meses para quedar a cenar... En Granada la gente que no tiene hambre se tiene que quedar en casa. Porque como salgan a echarse unas cervezas acaban antes empachados que borrachos:
A las 12 de la noche nos fuímos a dormir, con el cuerpo en regla y el estómago feliz y agradecido...

Por la calle de la Amargura -Segunda parte de la segunda parte de la trilogía "Cuatro en el Sur visitando tres lugares y perdiendo el norte por segundos".

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A media mañana iniciamos viaje Granada-Málaga con un firme propósito: devolver el coche de alquiler antes de que nos empezaran a cobrar un segundo día. Tanto coche como plan fueron sobre ruedas. Poco después de las 12 de la mañana ya estábamos por la Calle de la Amargura. Que gran dirección.
Iba a ser nuestro cuartel general para aquellos tres días, una casa que ponían a nuestra disposición unos primos malagueños de Llama Eterna. Ya sabeís las dos máximas que no se deben olvidar nunca: en matemáticas, tener presentes los números primos; con Llama Eterna, tener presentes sus numerosos primos...
Perfecto Anfitrión -se verá más adelante lo apropiado del nombre- y su señora nos acomodaron en el piso. Siguiente paso; los que faltaban hasta la terraza más cercana. Y llegamos a punto para el desfile feriante:



No hacía un calor de inframundo como en Sevilla, pero tras unas cuantas cervezas decidímos ir a tapear a alguna tasca con aire acondicionado. Y nos pusimos bastante bien, siendo que la noche anterior en Granada se oyeron frases del tipo "mañana es que ni como después de esto. Vamos, ni de coña". Un descubrimiento grato para mí fue el vino blanco de Rueda, yo que siempre me he tirado por los tintos y a los primeros no les encontraba nunca el sabor...
En el fragor del tapeo, Brazos en Alto se ofreció a preparar un arroz para quince personas en la casa del Perfecto Anfitrión, que sería al día siguiente. Dicho y Hecho. Bandalucía al par de horas estaba haciendo la compra en un supermercado; ingredientes para aquella cena y productos de primera necesidad para la casa: cervezas, leche, café, melón y sandía.
Más tarde comprobamos que en la casa no había cafetera, pero el melón y la sandía son cojonudas para las resacas.
Tras pasar parte de tarde en nuestra nueva vivienda bebiendo voll damms, y haciendo funcionar el aire acondicionado con un palillo porque no teníamos el mando a distancia -un asunto peculiar el de Andalucía y sus aires-, nos dispusimos a seguir con aquella Feria que tanto desgaste y sacrificio conllevaba. Más cervecitas y tapeo.
Hasta bien entrada la noche anduvimos por los garitos del Centro. Sería por el carácter festivo de la ocasión, pero por allí pudimos constatar que existen bares extraños. En el que más dineros nos dejamos, que se suponía era un antro heavy, la música que sonaba habría resultado sosa en un especial de los 40 Principales...
No se pierdan la última entrega y los vagos recuerdos de quien escribe, porque a partir de ahí, a mí se me fue complicando bastante el asunto...

miércoles, 15 de agosto de 2012

Bandalucía: Cuatro en el Sur. Acto I.

Sevilla tiene un calor especial -Primera parte de la trilogía "Cuatro en el Sur visitando tres lugares y perdiendo el norte por segundos". 

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Nuestro viaje comienza en la media tarde del 9 de agosto, bajo la amenaza en toda España de una ola de calor sahariano y con la perspectiva de pasar cinco días en pleno epicentro de sofocos veraniegos, es decir, en tierras andaluzas. Sevilla un día, otro Granada y para rematar bien la faena, el resto de tiempo en Málaga, donde habrían comenzado su famosa Feria a esas alturas.
Bandalucía era un comando buitako verbenero reclutado para la ocasión, y conformado por Llama Eterna, Brazos en Alto, Pájaro Guía (hermano de Topo Indeciso -aclaración para los no iniciados en los ritos de nuestra tribu; de hecho fue en este viaje donde recibió su bautismo de fuego) y Jinete del viento. 
Contábamos, incluso, con banda sonora original en Mp3. Algo que ayudó a paliar nuestros desplazamientos por carretera en coche alquilado  y con 47ºC de temperatura exterior:
En el AVE nos entregamos a las distracciones que puedan ofrecer unas birras, unos riojas y unos sandwiches. Peor sería el viaje de regreso cuando lo hicímos desde Málaga; ocupar un vagón en el que casi exclusivamente viajan niños gritones que parecen retarse por ver quien tiene un volumen de videojuego más molesto... Tendrían que poner en estos trenes un vagón especial en la cola, como los que diseñan para transportar caballos, y meter allí a criaturas tan  plomizas. De berrinches a relinchos, sobre el papel al menos, no puede apreciarse mucha diferencia.
Cuatro horas de viaje que, para la mitad del grupo -que aún fumamos-, nos parecía que nos faltaba algo... No puedo negar que resulta hasta gracioso ver en ese trayecto a individuos que salen a aspirar sus humos a un ritmo frenético, aprovechando las pocas paradas en estaciones y como tratando de medicarse contra tanto oxígeno sano. Pero ya se sabe de esta droga y por lo que pasamos los que asumimos el envenenarnos a diario.
Más que llegada a Sevilla aquello fue un descenso a los infiernos. Calles y avenidas vacías, sólo transitadas por coches de claxon insistente. Y otro sonido, el de los cantos de cigarras desde los árboles, como serenata envolvente de un clima abrasador y que trataran de advertir así de la inminente proximidad del fuego.
Una breve marcha con los equipajes y llegamos al destino. Creo que las gotas de sudor que derramaban nuestros cuerpos provocaban vapores al contactar con el asfalto derretido, pero por fin apareció el Ayre:
Hotel de 4 estrellas al 25 % de descuento. A mí todavía me sigue pareciendo demasiado lujo, ya que sólo estuve allí por espacio de dos horas. Pero no nos adelantemos en la historia; subímos a dejar los bultos y pasó a recogernos en coche un primo hippie que tiene Llama Eterna por esas tierras.
Siguiente parada: Dos hermanas. La población sevillana, claro, que no estaba enumerando más familiares de nuestro camarada buitako, aunque es un tema para referirse aparte; el linaje de Llama Eterna debe tener representación en todos los puntos geográficos de España. Yo creo que si sube al Teide y levanta una piedra, por ahí que aparece algún tío o primo dispuesto a darle alojamiento o manutención.
En Dos Hermanas fue la parada técnica para recuperar las fuerzas que el calor sofocante nos había robado. Tapitas y jarras de cerveza en una apacible terraza, donde tíos y primos de Llama Eterna nos aseguraron que si no corría el aire en ese lugar, no lo haría en ningún otro sitio. Y el aire, como tal, allí no existía. La brisa más perceptible debia ser cuando hablábamos unos enfrente de otros y a la velocidad que nos permitían nuestras palabras. Dos horas largas pasámos entre distendidas conversaciones y una buena compañia.
Coquinas, mojama, cazón en adobo, chipirones o jamón con salmorejo son sólo algunos de los participantes en nuestro gastronómico desfile:
Pasado ese tiempo, la Bandalucía, el primo hippie y otro primo menos hippie nos pusimos rumbo hacia la marcha de la capital. A esas horas indeterminadas en que muchos bares ya están echando la persiana y tratan de captar clientela para los últimos coletazos económicos a puerta cerrada.
Una coqueta zona de terrazas al calor tedioso de la madrugada:
Un camarero que debía estar opositando para el cargo de Funciones Públicas para tratar de entenderse con seres peludos o metaleros genéricos, nos hizo una proposición cuando ya estábamos a punto de abandonar su terraza:
- Si os apetese, adentro os dejamo fumá. Una casimba de naranja, ¿os apetese? ¿Qué música quereí? Que yo os la pongo...
Una oferta de Vito Corleone hubiese sido más facil de rechazar...
Alguien pidió AC/DC como música de fondo y, al parecer, lo que estuvo sonando allí fueron todos los imitadores de esta banda que puedan conseguirse por spoty five. Pero no por ello se desmereció el momento. Aún estuvimos bastante rato bebiendo a puerta cerrada, tiempo suficiente para, por ejemplo, que Brazos en Alto terminara rompiendo la cachimba, o que el Primo Hippie de Llama Eterna y yo mismo tuviésemos una inquietud acerca de las frigorías reales del aparato de aire acondicionado del local; proporcióname los watios y sabremos cuantas frigorías exactas puede dar ese cacharro...
Pero las fotos que obtuvimos como respuesta no nos permitieron dar por aclarada aquella cuestión:
Aunque el camarero opositor insistió tanto para meternos en su bar, llegó un momento en que creyó que no nos sacaría de ahí ni con agua caliente, así que una vez procesadas las indirectas -y es que sin música se termina pensando mejor-, acordamos marcharnos hacia otra parte.
Siguiente punto caliente de la marcha sevillana (¿Es que no lo són todos?), lo que me dio por llamar "La aldea Gala". No sé si se le conoce como Los Corrales o La Corrala, o algo similar: según contaron, se trata de lo que fueron las caballerizas de una propiedad de la Duquesa de Alba en Sevilla. ¿Pertenece al Palacio de Dueñas? No puedo asegurarlo. La Duquesa dicen que cuenta con 34.000 hectáreas repartidas por toda España, demasiados terrenos como para que yo pueda hacerme a la idea si eso forma parte del complejo de un palacio o si era un picadero para pajes... El tema es que esos corrales deben estar "okupados" por artesanos y comerciantes y que han tenido algún que otro problema con la policía.
A mi vista, se trataba de un gran oasis de libertad, donde no poca gente convivía al amparo de la noche, con buen rollo y el arte como bandera:
Coca cola o cerveza, ¡a un €uro! Y servidas en pequeños puestos de artesanía, que hacían las funciones de cantina al más puro estilo tradicional.
Era darte un garbeo por sus caminos y encontrarte gente asando morcillas en una esquina, o grupos improvisados actuando en cualquier local o en la propia calle:

Me encantó de veras. Parece imposible que todavía dejen con tanta vida a sitios así.
Por si no era suficiente, los primos de Llama Eterna nos invitaron a subir a sus tejados y contemplar las vistas, pero el garito por el que se tenía acceso ya estaba recogiendo y nos denegaron la entrada. Pero fue un momento estelar, con Brazos en Alto haciendo sonar a toda hostia "La magallonera" en su móvil y subiendo aquellas escaleras, en un bloque de pisos que se asemejaba a los que salían en la película Attack The Block, cuando un grupo de adolescentes trata de evitar una invasión alienígena en su chungo barrio londinense.

Quería acompañar esas observaciones con un video ilustrativo del momento, pero a pesar de convertirlo a distintos formatos, parece que no me quieren permitir ponerlo directamente por aquí. Puede que hasta sea mejor; esa noche fue la de la gran borrachera de Brazos en Alto, pero es que dos días más tarde vino la mía y fue mucho más sonada... A día de hoy es una putada tener tantas pruebas documentales y que esa tecnología sirva para verificar que tal o cual noche pillaste una cogorza estupenda y que daba malagana verte. Es totalmente distinto cuando sólo te lo cuentan...
Pájaro Guía y Brazos en Alto fueron a dormir. Llama Eterna, sus primos y servidor alargamos más aquella mañana calurosa en una terraza cercana al hotel.
En un par de horas había que ponerse rumbo a Granada...

miércoles, 8 de agosto de 2012

Tabernalia. Zona Actur

Tengo mis inquietudes sobre si se trata de una franquicia, una cadena o de una asociación de amigos del barril, pero por lo visto existen 10 establecimientos con este nombre en nuestra ciudad. Ahora que me hallo leyendo la saga del Guía del autoestopista galáctico (es una relación amor-odio, que cada vez que retomo pienso que tengo que dejar, pero de forma misteriosa sigo con ella) asociaría Tabernalia a un planeta lejano a nuestro Sistema Solar, poblado por una raza de aguerridos verbeneros que harían la guerra galáctica a bordo de pintas volantes propulsadas por espuma cervecera.
La cena de ayer tuvo su base en la sección Acturiana, concretamente en Concepción Saiz de Otero con Mª de Maeztu. Puedo jurar que no son Emperatrices Imperiales de otro mundo, sino la calle exacta donde se encuentra el garito.
Debió de costar menos trabajo a la NASA poner al Curiosity ayer en Marte sobre el terreno, que a nosotros asistir puntuales al evento gastronómico. No recuerdo haber sabido con tanta antelación otra cena Buitaka; desde el jueves anterior, hora y lugar confirmados via sms. Pero a las 9 de la noche sólo estaba en aquella terraza el Maestro de Ceremonias, Brazos en Alto. Yo aparecí 15 minutos tarde, seguro de que me tocaría pagar la ronda previa por mi tardanza. Las marcianadas las protagonizaron Topo Indeciso y Llama Eterna; el primero estaba tranquilo viendo una película en casa a las 21.25 porque se había olvidado completamente del asunto. Lo del segundo aún tiene más delito: se alargó con una comida empresarial, muy generosa en su digestión posterior a base de gin tonics, y suponemos que no sabía ni en que tiempo vivía. Bueno, ni en que planeta, pues no se le ocurrió otra cosa que venir acompañado de la proveedora que tanto rato le mantuvo reunido. ¡Sacrilegio a los estatutos buitakos!
Imaginad a la chica de Brazos en Alto cenando sola en casa, a escasos 50 metros, porque ya sabe de la reunión de amiguetes que siempre se juntan -ELLOS EXCLUSIVAMENTE- a cenar, religiosamente, cada primer martes de mes. La vida en martes y la vida en Marte, para algunos no tiene gran diferencia. Y entonces te preparan una gran marcianada, porque un terrícola en sus cabales no puede hacer estas cosas. Él, tiene sentimientos.
Imaginemos de nuevo la escena, pero dramatizándola más: la chica de Brazos en Alto preparando su solitaria cena va a coger huevos y carne de la nevera, pero descubre que no tiene prácticamente nada. Piensa entonces si bajar a la carnicería de enfrente, que cierra bastante tarde, pero no lo hace por si se encuentra en el camino a los buitakos, y éstos pueden verse superados por el encuentro forzoso e invitarla a cenar con ellos. Ella cierra la nevera y reflexiona un instante. No se acordaron esa tarde en ir a comprar...Abre un armario y saca una caja de cereales, pero quedan ya muy pocos. Vuelve a abrir la nevera, esperanzada ante la posibilidad de acompañarlos con 2 yogures que quedaban. Su desesperanza se transforma en agonía, cuando descubre que ya llevan 3 semanas caducados. Termina cogiendo una botella de leche y bebiendo a traguitos muy cortos, como tratando de masticarla. Mira el reloj de la pared y decide que lo mejor es echarse a dormir, para no tener que pensar en más cosas...
A esos escasos 50 metros la escena es bien diferente. Una extraña criatura nos acompaña, dispuesta a ejercitar al máximo cada minúsculo músculo de su mandíbula...
La carrera espacial ( o mejor espacio-tiempo) de Topo Indeciso y Llama Eterna estuvo cerca de acabar en tablas. El que no se decide llegó a las 21.57 y el de las llamas a las 22.00. Los 17 €uros de las tapillas previas, las madejas y las birras las tuvo que apoquiñar él. El probebedor que vino con la probebedora.
A mí no me cayó especialmente mal la muchacha, pero está claro que con Brazos en Alto tuvo sus disidencias. Lo entiendo, porque yo soy el primero que me pongo sensible si imagino una nevera abriéndose y cerrando...
A su favor diré que ella llevaba toda la tarde echando cubatas, así que imagino que en otras circunstancias bien podría desprender, incluso, cierta normalidad como ser humano. Pero no voy a meterme en el barro porque ya digo que no tuve ningún problema con la probebedora. Sólo que cuando la ví aparecer, enseguida atisbé que se trataba de la típica persona que ha de hacer valer su opinión, sea cual sea el tema que se está tratando. Serían incontables los ejemplos.
Bueno, ¿y qué cenamos? Pues además del estofado extraño a base de conversaciones superfluas sobre películas, libros y series que tuvimos con la nueva amiga...
Parrillada. Dos como estas de la foto:
Solomillo, churrasco, panceta, entrecot, patatas, pimientos y ensalada.
Y  con la piedra en el centro para enredar con nuestros juguetes:
Creo que salieron por menos de 30 €uros la bandeja, y yo cené realmente a gusto, quedándome muy bien con la cantidad. Acompañamos con dos botellas de vino, una de Eminems -que fué la que más gustó a mis compañeros y cuya puntuación he visto hoy en una web: 78 sobre 100-. Y la que para mí fué un descubrimiento y que al resto no le agradó tanto (ya se sabe de mis discrepancias con el vino); Heredad de Ansón, Vendimia Seleccionada. Hoy buscando información  he visto la web de su bodega , que se encuentra en Muel, y que creo merecerá una futura visita...
Hubo tiempo de postre en la terraza del Tabernalia. De carajillos y de chupitos finales con charlas extravagantes y hasta con momentos de tensión.
Adjunto una conversación que tuvo lugar allí, cortesía de Brazos en Alto:

- ¿El señor de los anillos? Uff, yo soy la más fan, mi gato se llama Elrond
- Ah ¿sí? Qué bien...
- Sí, Elrond es el padre de Erwen, la que se casa con el rubio...
- (mirándonos a los zapatos) Eehmmm... pues van a sacar una peli de El Hobbit
- Ah sí, esa es la que Bilbo se vuelve malo y se convierte en Gollum
- No, Gollum es Gollum...
- Que no, Gollum es Bilbo de viejo...
- ¿Pero te has leido el libro?
- No, yo es que no soy muy de leer...
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Probebedor y probebedora se marcharon y los tres que quedamos aún nos fuímos a un garito cercano a echar las últimas cervezas.